Jorge Altamira – Acerca del programa

Quisiera empezar por señalar algo un poquito duro. En cierto modo este libro tiene una función política muy precisa. Desde la fundación de la Cuarta Internacional en 1938, que elaboró el Programa de Transición, los trotskistas en general se han empeñado en la idea de que no necesitan un programa, y yo que tengo un largo recorrido en este movimiento, recuerdo perfectamente bien que todo el mundo se conformaba con el Programa de Transición. En este libro, Programas del movimiento obrero y socialista, los cambios de programa reflejando situaciones históricas diferentes, en algunos casos no en un sentido muy amplio sino el pasaje del programa del POSD ruso de 1902 a este otro que se va a elaborar en 1918 muestra la seriedad y la preocupación que tenía el movimiento socialista por tener una conciencia lo mas exacta posible de la situación política en la que tenia que actuar.

Sin embargo de 1938 en adelante se sigue diciendo que el programa de la Cuarta Internacional es el Programa de Transición, y creo que ya nos acercamos a los 80 años. Del punto de vista de la elaboración programática es el periodo mas estéril que uno pueda imaginar. Por eso dije que iba a empezar un poquito crudo. La ausencia de elaboración programática priva de base principista a toda la polémica que se desarrolla en el campo revolucionario entre los trotskistas. No hay ningún punto de referencia. El sistema que conocemos tiene al sol como punto de referencia, en cambio nosotros somos satélites girando en torno a un punto de referencia que no tenemos, y las polémicas por lo tanto se alimentan unas a otras a partir de las afirmaciones que van haciendo los textos sucesivos. El nivel de desorganización intelectual programática con que la generación actual, luego de tantas otras del ’38 hasta ahora encaran la realidad es absolutamente espantoso.

Cuando nosotros desde hace ya muchos años explicamos la importancia de un programa, recibimos un rechazo. Y el rechazo en su mejor interpretación obedecía a que «sobre un programa nos ponemos de acuerdo todos, porque todos estamos a favor del salario mínimo igual al costo de la canasta familiar», pero después vienen las divergencias. Ustedes se dan cuenta que este tipo de respuestas, sea para justificar un acuerdo sin principios o para justificar la imposibilidad de todo tipo de acuerdos, no nos llevan a ninguna dirección. Quiere decir que no se sabia ni siquiera lo que es un programa, al interpretarlo como un par de reivindicaciones circunstanciales, que por ejemplo pueden realizar los sindicatos, una comisión interna o cualquier agrupamiento.

El programa expresa la conciencia que las fuerzas revolucionarias actuantes tienen del momento histórico en que se encuentran. Por ejemplo, el Frente de Izquierda tiene un programa1, pero casi nadie lo trata de divulgar, porque fue escrito a las apuradas, no por nosotros, y nosotros nos dimos cuenta que no teníamos tiempo siquiera de discutirlo porque si entrábamos a discutir ese programa tan avanzada ya la campaña política, era como poner en cuestión la propia campaña política, y pasamos de largo. El único que lo leyó y se preocupó fue un periodista de la TV Pública, que me hizo una entrevista y me empezó a atacar por ese programa2. Yo lo tenía tan oculto que no sabia de lo que me estaba hablando, hasta que ante su insistencia empecé a recordar: ¡Era un catálogo de nacionalizaciones! Esto para nosotros era insoportable, para ser franco. Es la primera vez que lo voy a decir públicamente, pero los compañeros del Partido Obrero saben que me resulta insoportable de toda la vida, y además es lo mas parecido a una vulgata del chavismo. Aparece un tipo y dice «exprópiese». Por eso en la última campaña electoral hicimos un esfuerzo por elaborar un manifiesto político que desarrollara conceptualmente la situación3, y por eso en el trabajo de la IV Internacional, nosotros tratamos de escribir un programa que en realidad es un esbozo. Es extenso, toca muchas cuestiones, pero tiene el propósito de ponerlas en evidencia con el objetivo después de redactar un programa completo.

Es claro para cualquiera que, al terminar la segunda guerra mundial, un aspecto muy importante del Programa de Transición, que anunciaba la guerra, debía ser modificado porque ahora había que entrar a analizar la perspectiva abierta por la guerra. En ausencia de un programa eso fue llenado por improvisaciones, como por ejemplo afirmar con certeza la inminencia de una guerra mundial entre la URSS y el imperialismo que llevaría a conflagraciones terribles, duraría varios ciclos… y se sacaban una serie de conclusiones, pero era una improvisación dictada por el impresionismo, porque había que sentarse a discutir un programa. Las consecuencias sobre esto fueron mucho mas graves que esta apreciación que resulto equivocada bajo la impresión de la guerra de Corea, sino que tuvo consecuencias muy graves en lo que tiene que ver con los países de Europa oriental, donde no se atendió la cuestión nacional. Es decir que el ejército rojo había expropiado a los capitalistas de esos países y sojuzgado nacionalmente a esos pueblos.

¿Por qué lo señalo ahora? No soy de los que acierta por revivir cuentas del pasado. Lo digo porque estamos ahora discutiendo Ucrania, y ustedes ven que aparece de nuevo ese fenómeno. Pero en aquel momento lejos de discutir un programa se tomaron actitudes de improvisación, y no se si lo saben, pero Isaac Deutscher saludó el ingreso de las tropas rusas para aplastar la rebelión obrera en Berlín Oriental, y las otras variantes trotskistas le pegaron en el palo. Naturalmente hubo otras que lo repudiaron, que defendieron la rebelión obrera, pero sobre una base empírica. Por ejemplo yo que me conozco hasta cierto punto se que si mañana hay una rebelión obrera voy a estar de ese lado aunque no tenga un programa. Lo mismo después con la revolución polaca, luego con la Perestroika…

Ustedes fíjense que hay todo un periodo en que se abandona la tesis fundamental de Trotsky en el libro La revolución traicionada sobre que una estabilización del dominio de la burocracia implicaría una tendencia a la restauración del capitalismo. Acá hago una observación muy importante porque yo pienso que Trotsky era catastrofista, y creía que el capitalismo estaba en decadencia y declinación, que no es lo mismo que estancamiento, son categorías diferentes. Una es económica, la otra histórica. Sin embargo el que vio mas lejos la posibilidad de que se reconstruya el capitalismo no ya después de una crisis sino después de una revolución, es Lenin en los textos que publicamos acá, y Trotsky en La Revolución Traicionada, que describe las características que podría tener una restauración del capitalismo en Rusia. Ser catastrofista no quiere decir que llegamos a la estación de Once y después lo que queda es la calle Pueyrredón y se acabó el ferrocarril. No, claro que no, y ese fue un tema que se discutió todo el tiempo en Rusia, con los kulacs, etc. Es decir, la posibilidad de una restauración.

Como ustedes ven, el problema del programa es crucial y nosotros no podemos avanzar no ya en las polémicas que tenemos sobre un programa determinado sino sobre la propia idea de un programa. Esto priva a la izquierda una base principista de deliberación, y en un momento en que la izquierda tiene un millón trescientos mil votos, y que el jueves que viene cuando ocupe la plaza de mayo va a hacer una movilización de fuerzas como nunca hizo antes, mientras que la burocracia sindical se va a juntar en un aguantadero el 30 de abril, es decir, en un momento de un avance político tan extraordinario, el conjunto de la izquierda está digamos, el Partido Obrero en esto ha trabajado, fuera del programa.

Hay que elaborar ese programa, pero antes de señalar algunas cosas sobre ese programa quiero decir lo siguiente: El libro es muy interesante por varios motivos. Y es muy interesante que todos coincidimos en rescatar planteamientos elaborados en aquellos programas muy adecuados para aquellos momentos pero que uno decía bueno, pasado ese momento quedarían superados. Mucha gente lo interpretó así. Les comento dos cosas, ahora que se habla tanto del populismo: La única crítica científica al populismo es la crítica de Marx al Programa de Gotha, que es populista. El estado de todo el pueblo, el reparto de todas las riquezas… la socialdemocracia, que fue la mayor organización obrera, socialista, una potencia absolutamente descomunal, se desarrolló sobre la base de un programa populista, influida por un teórico como Lasalle, que tenía vínculos con el bonapartismo alemán, encarnado por Bismarck. Marx lo pulveriza, y ahora sin embargo estamos hablando de Laclaud. Esto es del año 1871, 170 años después estamos discutiendo cosas totalmente superadas. O el caso de Kiciloff, que para armar el sistema de precios elabora un concepto de capitalismo que es de Proudhon, que creía que se podía establecer anticipadamente según un cálculo todo lo que bajo el capitalismo depende de la anarquía del mercado, y lo tenemos como Ministro de Economía, graduado con buen promedio en la facultad, y no llega a la miseria de la filosofía de Marx, que es donde se hace esa critica.

La idea del pensamiento catastrofista sobre la tendencia general del capitalismo esta en la poética frase de Marx, que me parece muy importante, que dice que todo lo que es sólido se deshace en el aire. No puede haber una expresión mas contundente con relación al programa del catastrofismo. Este es un punto en que tenemos una divergencia muy grande con todo el mundo: La tendencia del capitalismo a su disolución.

Efectivamente, la conciencia de clase no tiene nada que ver con saber que uno obrero. Esto es muy interesante porque se ha desarrollado mucho el concepto identitario, es decir que nos reconocemos como pertenecientes unos y otros a una clase social. No, tiene que ver con el carácter irreconciliable, es decir que la clase obrera entienda que su antagonismo con el capitalismo es irreconciliable. ¿Qué significa eso? Porque yo pienso que alguno de los obreros franceses que en una de las últimas crisis le pego un tiro a un patrón debe tener una idea tremenda del carácter irreconciliable de su antagonismo con el patrón. En el fondo significa la comprensión de que el mundo estructurado en lo que aparece luego como las categorías del capital: el valor, la mercancía, la explotación, la plusvalía… tienden a desintegrarse. Porque si no tendieran a desintegrarse, no habría la perspectiva de reconstruir la sociedad sobre bases superadoras de esas categorías alienantes. Por lo tanto no se puede ser verdaderamente marxista y sostener una posición consecuente sobre el carácter irreconciliable del antagonismo de clase si no se aborda esta situación.

Uno dirá bueno pero no mencionas el programa de Pulacayo4, que fue elaborado del 38 hasta ahora… Algún día tendremos que discutir sobre ese programa, es muy importante, pero no es una tesis de partido. Solamente una fuerza que representa la culminación de un proceso histórico es un partido, y no una circunstancia representativa o que expresa la evolución de una lucha de clase determinada es fundamental para el triunfo de la revolución. No es una tesis de partido, por eso pudo ser manejada, adaptada. Tampoco es un programa cuyo contenido es internacional. Se limita a la situación de Bolivia, etc.

¿Que debe elaborar un programa en el momento actual? Esta peculiaridad histórica de que el capitalismo logra reconstruirse en las naciones en que había sido expropiado, lo que llamamos la restauración capitalista, abrir una salida para el conjunto del capitalismo mundial, e inmediatamente como consecuencia de esto entrar en la crisis mundial mas importante de su historia. Esto me parece que es el aspecto del cual debe partir el problema del programa en el momento actual, porque abre un horizonte impresionante. Las huelgas obreras en china están adquiriendo características fabulosas. Los sindicatos están estatizados, y sin embargo se están creando nuevas organizaciones sindicales en la clandestinidad, usando internet, twitter… Es decir, con todos los medios modernos. China esta atravesando en una escala muy superior lo que había ocurrido después de la primera guerra mundial que llevó a la revolución del año ’27. Hay un proceso revolucionario. La restauración del capitalismo en China no significa la estabilidad del capitalismo mundial, sino un desarrollo de contradicciones aún más violentas, en un país que entra al capitalismo sin haber resuelto los problemas de la organización agraria anteriores a esta restauración, y por tanto una lucha brutal en los campos por el despojo de los campesinos, algo que pertenece a la etapa pre capitalista en la historia del capitalismo.

Entender este fenómeno histórico nos ubica en una perspectiva fundamental. Desde el punto de vista de Argentina, si nosotros miramos el estadio de la revolución en el mundo, por el grado de diferenciación política de la clase obrera con respecto a la clase capitalista, debemos admitir un gran retroceso respecto al pasado. Incluso en América Latina donde fracasan experiencias como la de Venezuela, del chavismo, nadie puede decir que al lado del chavismo se han construido sindicatos independientes, organizaciones clasistas, consejos obreros que marquen la transición de una fase nacionalista a una eventual dictadura del proletariado. En este sentido los acontecimientos tendrán que venir. Vemos lo que esta sucediendo en Ucrania, ocupaciones de edificios y demás, hay una polémica ahí: hay gente que dice que son los servicios de inteligencia rusos, otros que viven ahí dicen que no, que es la clase obrera del este de Ucrania que está adoptando medidas revolucionarias, vamos a ver como es. De alguna u otra manera esta crisis mundial va a abrir una gran diferenciación, pero en Argentina hemos avanzado en este punto. Y una de las polémicas mas importantes que tenemos es en la incomprensión de lo que hemos avanzado. No se entiende que el avance es político, en una fase final de completa desintegración del peronismo y de la burocracia sindical: emerge una fuerza con instalación profunda en el movimiento obrero, que no se limita a eso porque eso también era el Sitrac-Sitram, el SMATA, el Cordobazo, eso también fueron otros sindicatos, sino que emerge como una fuerza política frente al poder del estado y el conjunto de las clases sociales subalternas, aquellas que se mueven en torno a la clase obrera. Entonces lo que hoy estamos discutiendo aquí es un asunto crucial, bajo la forma modesta de una mesa redonda en una feria del libro, estamos debatiendo el núcleo de la cosa.

Les agradezco mucho.

Esta intervención es parte de la mesa organizada el 25 de abril de 2014, en la Feria del Libro, con motivo de la presentación del libro «Programas del movimiento obrero y socialista». De la misma participaron también Daniel Gaido y Rolando Astarita, cuyas intervenciones, junto con la de Jorge, pueden verse aquí.

Notas:

1http://www.pts.org.ar/Declaracion-programatica-del-Frente-de-Izquierda-y-de-los-Trabajadores

2https://www.youtube.com/watch?v=Y5ThCWNM3No

3http://www.pts.org.ar/Manifiesto-politico-electoral-del-Frente-de-Izquierda

4https://www.marxists.org/espanol/lora/1946/nov08.htm

Un comentario en “Jorge Altamira – Acerca del programa

Deja un comentario